A día de hoy la transexualidad es algo totalmente aceptado, pero no siempre fue así. A lo largo de la historia aunque ha sido reconocida no se solía aceptar y por tanto se trataba de distintas maneras.
Antiguamente algunas culturas entendían la identidad de género y por tanto incluían a las personas transgénero. Un ejemplo son los «hijras» en la India, que no se identificaban ni con el sexo masculino ni femenino.
También en occidente en la cultura grecorromana hay constancia de personas que vivieron y fueron aceptadas en otros roles distintos al asignado al nacer. El ejemplo más conocido es el del emperador romano Heliogábalo, que hoy en día podría ser considerado como transexual.
En la Edad Media la transexualidad, debido a la influencia de la Iglesia Católica, no fue algo aceptado como tal. Estas personas fueron estigmatizadas e incluso castigadas por no identificarse con el rol asignado al nacer.
Pero fue ya en el siglo XIX cuando hubo un punto de inflexión importante gracias a investigadores como Magnus Hirschfeld en Alemania. Era médico y sexólogo y pudo estudiar y apoyar a las personas transexuales. Fue entonces cuando se realizaron las primeras cirugías de reasignación de sexo, todo un avance desde luego.
Más tarde en el siglo XX el avance aun fue mayor, ya que algunas figuras públicas como Laverne Cox jugaron un papel muy importante en el cambio de actitudes sobre la igualdad de derechos. Sin embargo aun se enfrentaban a considerables desafíos y discriminación.
Como puedes ver no siempre ha sido fácil, gracias a los avances médicos y sociales hoy en día podemos decir que ser transexual es algo totalmente normal y aceptado por la sociedad, por muchas personas retrógradas que todavía no quieran ver la realidad.